En nuestra región, asociada a la festividad del Corpus Christi (el Cuerpo de Cristo), existe una fuerte devoción al Cristo Crucificado. Una de las manifestaciones más especiales es la peregrinación al santuario del SEÑOR DE QOYLLORIT’Y.
Qoyllority es una palabra quechua que significa brillante de nieve, y en quechua "El Señor de Qoyllority" se traduce como Taytacha Qoylloriti.
Esta procesión religiosa antigua que se practica por aquellos que viven en los altos Andes. Cada año, días antes de la celebración del Corpus Christi, cada pueblo pequeño o "nación" envía una delegación de coloridos bailarines y "pabluchas" a la Capilla del Señor de Qoylloriti. Esta capilla está espectacularmente situada en la base de la montaña Sinakara, algunas horas de caminata por encima del pueblo de Mahuayani, a 4600 metros sobre el nivel del mar. Tiene vistas espectaculares de un Apu muy venerado: el Ausangate.
Los "pabluchas" son bailarines disfrazados que llevan alpacas y son intermediarios entre el Señor de Qoylloriti y los hombres. Comienzan su ascenso del glaciar Sinakara a las 4 am, como parte de un ritual y como muestra de su fe y amor a Dios. Regresan con un bloque de nieve que usan para purificar la humanidad. Son los encargados de cuidar el orden en el santuario.
Sobre el origen de esta devoción se cuenta que, según la versión más difundida, el Niño Jesús, disfrazado de pastorcito, se le apareció a un niño indígena llamado Marianito Mayta, y ambos se convirtieron en amigos. Cuando los padres los encontraron vestidos de ricos atavíos avisaron al párroco del lugar, Pedro de Landa, quien intentó capturarlo pero sin éxito, pues en el lugar donde habitaba el Niño apareció una gran piedra. Marianito murió de inmediato y en el lugar donde esto ocurrió apareció una imagen de Cristo crucificado, que se fijó sobre la roca. Ahí, sobre la roca, se construyó el Templo del Señor de Qoyllority.
En este santuario se congrega un sinfín de peregrinos devotos de la imagen milagrosa, poblaciones enteras del sur del Perú, llamadas también "naciones" (que son organizaciones de comparsas y devotos) vienen de distintos lugares de las provincias del Cusco en un acto de fe sin comparación.
¿Cómo llegar?
Se debe ir en carro desde el Cusco. El viaje dura aproximadamente 3 horas por la nueva vía interoceánica, para luego bajarse en Mahuayani. Desde este lugar se inicia una caminata de unos 8 kilómetros hasta llegar al santuario que está a más de 4600 metros sobre el nivel del mar.
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